España empezó tomando la iniciativa, se puso por delante con facilidad y no
encajó el primer gol hasta el minuto cuatro. Con el paso de los minutos
los daneses eran cada vez más imprecisos.
España sorprendió de inicio con Cañellas y García de titulares,
sus goles a pares demostraron que la batalla táctica España ya la había
ganado y aunque falló algunos contraataques, pronto impuso un juego de defensa, blocaje y contraataques que arrolló por completo a la sorprendida Dinamarca.
El partido empezaba a parecerse a la final de 2005 ganada por España y
no quedó ahí la cosa sino que mejoró incluso aquel partido. Un gol de
Aguinagalde dio una ventaja al descanso de ocho goles y cuando en la
segunda parte era de prever una reacción de Dinamarca, ocurrió justo lo
contrario. La selección tocada por una varita mágica siguió machacando al contragolpe y Sterbik se sumó a la fiesta, deteniendo todo tipo de lanzamientos ante una decepcionante Dinamarca. Valero Rivera consiguió el gol de ventaja máxima de 17 tantos ante un Sant Jordi
entregado. Todavía quedaba mucho tiempo aunque la final estaba
sentenciada, los minutos de gloria para España, fueron minutos de la
basura para los nórdicos y dio tiempo a que Entrerríos se despidiera de la selección con un último gol
con la elástica roja. El festejo ya había comenzado y solo faltaba que
los podios cerraran el Mundial con España en lo más alto.
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